Hace unos días que está disponible en Google Play la nueva versión de la aplicación para Android que habría hecho furor en la Torre de Babel. En efecto, el nuevo Translate nos permite descargar paquetes de idiomas para tenerlos siempre disponibles, incluso cuando no tengamos conexión. De primeras parece una gran ventaja, ¿cómo se comporta realmente en el uso?
Lo primero, un aviso: hay que elegir bien los lenguajes que queremos tener siempre disponibles, puesto que ocupan entre 150 y 300 MB cada uno. Afortunadamente se guardan en la memoria externa, pero ojo con los que tenéis dispositivos sin expansión microSD: en mi caso estos paquete se han “comido” más de 1 GB de espacio. Es recomendable usar la conexión WiFi para descargarlos…
El mecanismo es muy sencillo: seleccionamos en el menú “Idiomas sin conexión” lo que nos interesen, veremos que los ya descargados están en la parte superior y marcados con una chincheta azul. Abajo, en gris, están los disponibles: entre ellos español, catalán y gallego (curiosamente no está el euskera). Ese mismo marcador, la chincheta, nos servirá para identificar en la pantalla principal aquellos a los que podemos recurrir aunque tengamos el teléfono en modo avión.
Con los preparativos finalizados vamos a probar la traducción, empezando por uno de los trucos que más me gustan: sacar una foto y traducir el texto (útil para el menú de un restaurante). Pues bien, primera decepción: la funcionalidad está desactivada en el modo offline, al menos para los idiomas que he estado probando.
Otra función interesante: el reconocimiento de voz. Utilísimo para comunicarse con la gente de la calle. Pues tampoco funciona, puesto que necesita conexión a Internet para convertir las palabras en texto… no hemos empezado con buen pie.
¿La escritura a mano funcionará? Pues no. Yo lo pensaba usar para escribir kanjis o pictogramas chinos, pero habrá que aprender a utilizar el teclado integrado del móvil para este fin, definitivamente más complicado. Eso sí, al menos para los idiomas “occidentales” será completamente válido. Una pequeña decepción pero vamos recuperando la fe en la aplicación.
En cuanto a los resultados de la traducción, en algunos idiomas podremos mostrarlos en pantalla a gran tamaño o mediante el altavoz del móvil, muy práctico si vamos por la calle y queremos hacernos entender con la gente que no habla nuestro idioma. Las frases son un tanto distintas si se utiliza la traducción offline u online, aunque en general se mantiene como una herramienta práctica, se pierden matices y las frases quedan más “robóticas”. En el ejemplo veis que la misma frase en español “Ese reloj es carísimo” se traduce al inglés de dos maneras distintas: como reloj de pulsera (“watch”) si estamos conectados, o como reloj de pared, “clock”, si no tenemos datos.
En conclusión: es una herramienta imprescindible en los viajes, pero con sus limitaciones, así que no salgáis pensando que se puede depender completamente de Google Translate para hacerse entender en el extranjero. Es útil sobre todo como diccionario para entender palabras sueltas o expresiones sencillas, (mientras sepamos escribirlas), si queremos ir un paso más allá, seguirá siendo imprescindible activar la conexión.
Vía | Google Play